lunes, 5 de enero de 2015

Yo proclamaré el decreto del Señor: (Salmo 2)

1 ¿Por qué se sublevan las naciones,
    y en vano conspiran los pueblos?
2 Los reyes de la tierra se rebelan;
    los gobernantes se confabulan contra el
    y contra su ungido.
3 Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas!
    ¡Librémonos de su yugo!»
4 El rey de los cielos se ríe;
    el Señor se burla de ellos.
5 En su enojo los reprende,
    en su furor los intimida y dice:
6 «He establecido a mi rey
    sobre Sión, mi santo monte.»
7 Yo proclamaré el decreto del Señor:
«Tú eres mi hijo», me ha dicho;
    «hoy mismo te he engendrado.
8 Pídeme,
    y como herencia te entregaré las naciones;
    ¡tuyos serán los confines de la tierra!
9 Las gobernarás con puño de hierro;
    las harás pedazos como a vasijas de barro.»
10 Ustedes, los reyes, sean prudentes;
    déjense enseñar, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
    con temblor ríndanle alabanza.
12 Bésenle los pies, no sea que se enoje
    y sean ustedes destruidos en el camino,
pues su ira se inflama de repente.
    ¡Dichosos los que en él buscan refugio!