jueves, 15 de enero de 2015

El reposo del pueblo de Dios (Hebreos 3:7-14)

Por eso, como dice el Espíritu Santo:
«Si ustedes oyen hoy su voz,
no endurezcan su corazón,
como lo hicieron en el desierto,
en el día de la tentación,
cuando me provocaron.
Allí los antepasados de ustedes
me tentaron, me pusieron a prueba,
aun cuando durante cuarenta años
habían visto mis obras.
10 Por eso me disgusté contra ellos,
y dije: “Su corazón siempre divaga;
no han reconocido mis caminos.”
11 Por eso, en mi furor juré:
“No entrarán en mi reposo.”»
12 Hermanos, cuiden de que no haya entre ustedes ningún corazón pecaminoso e incrédulo, que los lleve a apartarse del Dios vivo. 13 Más bien, anímense unos a otros día tras día, mientras se diga «Hoy», para que el engaño del pecado no endurezca a nadie. 14 Nosotros hemos llegado a participar de Cristo, siempre y cuando retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio.